“Que nuestro entorno se desarrolle es lo que nos hará tener futuro”
El Faro de Melilla y Ceuta.
Escrito por Tamara Crespo
domingo, 15 de marzo de 2009
Miguel Ángel Pérez Castro es doctor en Economía, profesor del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada e imparte docencia en la Escuela Universitaria de Ciencias Sociales de Melilla.
Desde su atalaya profesional en la ciudad autónoma y siendo conocedor también de la realidad económica de la ‘hermana’ ceutí, pues ambas fueron el objeto de estudio de su tesis doctoral, ha sido elegido como miembro de panel de expertos del Observatorio de política exterior española (Opex) de la Fundación Alternativas, para el que ha redactado un memorando sobre ‘El futuro económico de las ciudades autónomas españolas’. Los informes de este organismo están dirigidos a la Presidencia del Gobierno, el Ministerio de Exteriores y el Congreso, aunque también se dan a conocer al público.–Si estuviera en su mano,
El Faro de Melilla y Ceuta.
Escrito por Tamara Crespo
domingo, 15 de marzo de 2009
Miguel Ángel Pérez Castro es doctor en Economía, profesor del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada e imparte docencia en la Escuela Universitaria de Ciencias Sociales de Melilla.
Desde su atalaya profesional en la ciudad autónoma y siendo conocedor también de la realidad económica de la ‘hermana’ ceutí, pues ambas fueron el objeto de estudio de su tesis doctoral, ha sido elegido como miembro de panel de expertos del Observatorio de política exterior española (Opex) de la Fundación Alternativas, para el que ha redactado un memorando sobre ‘El futuro económico de las ciudades autónomas españolas’. Los informes de este organismo están dirigidos a la Presidencia del Gobierno, el Ministerio de Exteriores y el Congreso, aunque también se dan a conocer al público.–Si estuviera en su mano,
¿cuál sería la primera medida que promovería respecto a la economía de Ceuta y Melilla?
–Lo primero sería crear un equipo de trabajo con una duración determinada, sin prisa pero sin pausa, e intentar que participen las personas que realmente consideran que hay que hacer algo, con representación empresarial, sindical, universitaria, de partidos políticos, cámaras de comercio, etcétera, y que si necesitan una ayuda más profesional, la soliciten a los técnicos de los ministerios correspondientes. Además hay que tomar una decisión, en un plazo relativamente corto, dos años como mucho, se diga si tenemos que incorporarnos a la Unión Aduanera Europea, y qué ganamos y qué perdemos con la decisión tomada ; si la modificación del REF se tiene que realizar en tal o cual punto y cuestiones fundamentales, como decir: vamos a defender nuestra situación de ciudades europeas, somos europeas y cuando alguien nos vea tiene que vernos exactamente igual que a Nápoles, Lyon o La Coruña. Tenemos que ser nosotros los que tomemos la decisión, que nadie lo haga en nuestro nombre, y no se si hay intención en las dos ciudades de trabajar, con optimismo pero fuerte por este proyecto, no lo se, tengo mis dudas.-
¿De dónde el interés de Opex por el caso de Ceuta y Melilla ?
-Yo agradezco mucho a Opex que haya contado con un alguien de Melilla, porque hay diversos tipos de estudios, del Instituto Elcano, etcétera, pero no son de gente ni Ceuta ni de Melilla. Yo valoro eso y que no ha habido ningún tipo de censura y me han dejado hacer desde mi posición independiente. Se que hay mucha gente que opina..., y yo estoy muy preocupado, aunque quisiera quitar el prefijo ‘pre’, quiero ocuparme, quiero que se ocupen las ciudades, todos los que tenemos conocimiento sobre ello, nosotros como investigadores y los políticos, tienen que mover ficha, aunque hay que hacerlo con mucho cuidado. El Observatorio me llamó porque España va a presidir la Unión Europea en el primer semestre de 2009 y quiere firmar cosas; cuando un país tiene la presidencia siempre quiere que quede algo. Entonces nos plantearon las preguntas de qué problemas tenemos las ciudades autónomas y qué podemos hacer.-La pregunta es qué papel pueden jugar las ciudades españolas del norte de África en esta política europea.–Sí, se trata de saber qué pueden hacer ante dos cuestiones clave: una es el programa de la Unión por el Mediterráneo, Declaración de Barcelona, Acuerdo Euromediterráneo de Asociación..., al que hay que dar más impulso,y por otra parte está el hecho de que en octubre se firmó la primera avanzadilla del Estatuto de Socio Avanzado para Marruecos, que está muy interesado y tardará no se cuántos decenios pero está ya ahí, en la puerta después de Turquía y está pidiendo ayuda a la UE.
-Su informe comienza con la descripción de la situación actual.–Yo parto de una premisa: las relaciones con Marruecos y la UE son ahora mejores que hace diez años y puedo poner la mano en el fuego porque dentro de otros diez serán mejores que hoy.
Entonces, la cuestión es ¿qué tienen que hacer las ciudades autónomas?
Pues están en el caso contrario, poco a poco van a menos: comercialmente vamos a menos, si se importa menos, exportamos menos, si exportamos menos, los ingresos de la ciudad van disminuyendo, el ingreso fundamental que era el IPSI está disminuyendo y si recaudamos menos estamos perdiendo autonomía, para cubrir presupuesto hay que pedir más dinero al Estado... Hay que hacer algo, si no lo hacemos nosotros por nosotros no lo van a hacer.
-¿Y cómo resumiría la situación?
–Con los informes de ambas ciudades, sobre todo, los DAFO, en la mano y partiendo de la base de que, aunque sean ciudades diferentes, coinciden prácticamente en un 90%, en debilidades y amenazas, en fortalezas y oportunidades, hay que decir, primero, que las relaciones de vecindad de Ceuta y Melilla con su entorno, con las provincias limítrofes, son fluidas en los últimos decenios por interés de los ciudadanos de mejorar su calidad de vida. Por encima de cuestiones políticas, aquí lo importante es la economía, o la prestación de servicios sanitarios, etc. En segundo lugar, hay indicadores socioeconómicos que hacen que estemos a la cola de España o, por lo menos, por debajo de la media, y que hay que mejorar. Aunque las estadísticas hay que tomarlas a veces entre comillas, porque somos ciudades con poca población, hay déficits de educación, en camas hospitalarias por habitante...; el paro y la inflación están por encima, el PIB per cápita por debajo... Por último, la influencia de la globalización está clara, el Acuerdo Euromediterráneo de 2000, la Declaración de Barcelona y el Desarme Arancelario sobre todo son una realidad: no nos han pedido opinión a las ciudades autónomas pero sí que lo estamos sufriendo.
-¿En qué sentido afecta a las dos ciudades?
–Porque nos está produciendo un estancamiento, a pesar de lo que diga el político de turno..., todo es manipulación, porque no vamos a ser alarmistas, pero desde luego esto es una tendencia, cada año, poco a poco, estamos perdiendo competitividad y los ingresos están disminuyendo. -De todas formas parece que haya cierta resignación o incredulidad al respecto de lo grave que pueda ser la situación, pues suele recordarse que las dos ciudades han pasado por muchos momentos de crisis, sobre todo, económicas.–Son ciudades muy peculiares, si tienes que explicar lo que es una ciudad autónoma es complicadísimo: es una ciudad como cualquier otro ente local pero tiene un sistema de pago de impuestos bonificado y un impuesto local directo que no tiene el resto. Luego, es provincia, o al menos tiene atribuciones y financiación como tal en los Presupuestos sin serlo... Somos Ciudad Autónoma porque tenemos estatuto, pero no somos Comunidad Autónoma, sin embargo, en el Modelo de Financiación de las CCAA de Régimen Común y Ciudades Autónomas de 2002 aparecemos, pero en una parte muy pequeña. Somos ciudad española, europea a muchos efectos, pero comercialmente hablado somos extranjeros para el resto de España y de la UE... Y eso se ha ido generando a lo largo de muchas décadas, hubo un Protectorado, se pusieron las bases del Régimen Económico y Fiscal en el 55 con la desgracia de que la independencia de Marruecos se produjo al año siguiente, con lo cual prácticamente ha quedado sin efecto, se han ido dando ayudas, Estatuto de Autonomía... y ahora sobre eso nosotros podemos hacer modificaciones, pero yo creo que hay que tomar una estrategia con más profundidad, porque la situación nos está obligando.
-Hay que cambiar de modelo.–Yo considero que sí, a un modelo que está compuesto por muchos aspectos, por lo menos veinte podrían enumerarse, no es decir sólo: entramos en la unión aduanera, no, no. Aquí, en el engendro que significa este ente administrativo, cualquier pieza que muevas a su vez arrastra a otras. Al principio con el IPSI teníamos una fuente importante de financiación, luego vimos que esa recaudación iba bajando y entonces el Estado nos cedió el cien por cien dos impuestos, los de tabaco e hidrocarburos. Pero ahora resulta que el de tabaco va disminuyendo, y la gasolina ya vale igual aquí que en Marruecos, por lo menos en el entorno de Melilla, ya no vienen a comprarla de Marruecos. Estamos recaudando menos y vamos a tener que pedir otro apunte, pero como nos hemos incorporado al sistema de financiación autonómico, ahora que llevamos un retraso de tres o cuatro meses porque a nivel estatal no se acaba de formular, lo que nos quieren dar es un fondo que tiene el nombre, que da cierta pena, de solidaridad. -Como una especie de limosna...–Sí, tenemos un fondo, el IPSI, como no es suficiente nos dan uno de garantía por menor recaudación del IPSI, pero es que ahora casi tiene ya el mismo valor lo que nos está dando el Estado que lo que realmente se recauda y mucho más grave en Ceuta. Esa es la situación actual.
-¿Y cuáles son los escenarios posibles en el futuro?
–El primero es que si cierran temporalmente las fronteras con Marruecos se ahogarían las economías de las dos ciudades. No la he puesto en el informe porque es una posibilidad remota pero siempre está ahí. Eso sería como si nos dejaran de dar el plus de residencia, que una gran parte de la población optaría por marcharse. Las fronteras tienen que estar abiertas sea con aduana comercial, como en Melilla, o sin ella, como es el caso de Ceuta. En segundo lugar existe la posibilidad de continuar como estamos, que es la opción más fácil, pero que tiene el riesgo de que cuando esto escampe sea demasiado tarde, hayamos perdido la oportunidad. Finalmente hay una opción, la que recomiendo en mi informe, que va a los responsables ministeriales, y que es la de un escenario proactivo.
-¿Y quién tiene que mover ficha?
–El primero que tiene que arrimar el hombro es el Estado español, que tiene que invertir más, sobre todo en el transporte, pero no sólo para ayudar a Ceuta y Melilla, sino para que nosotros podamos también ayudar al desarrollo de entorno. Pero además, las Ciudades Autónomas tienen que presentar proyectos, proyectos concretos en una serie de ejes.
-¿Puede darnos algunos ejemplos?–La solución no es sólo la unión aduanera, los Gobiernos locales deberían presentar al de la Nación un plan de desarrollo de energía solar, aprovechando que España es puntera en ese campo. También hay que establecer autopistas del mar, aportando la experiencia de los puertos de Ceuta y Melilla en el transporte norte-sur, y en los planes de descontaminación del Mediterráneo algo tendremos que decir. En materia de cooperación civil, con la Universidad del Mediterráneo se va a extender la posibilidad de que los estudiantes del Magreb tengan becas Erasmus para formarse en universidades europeas y, hombre, universidades europeas, la misma, la de Granada, las hay en Ceuta y Melilla..., a ver si podemos captar alumnos que en lugar de tener que desplazarse a Madrid, París o Granada puedan venir a 30 o 40 kilómetros donde será mucho más eficiente la ayuda que se les de. Otro eje sería la cooperación entre empresas de uno y otro lado mediante la fórmula del joint-venture o asociativa. Si presentamos proyectos es posible que se nos aprueben, si no los presentamos, seguro que no.
-¿En qué campos puede haber oportunidades de negocio para empresas ceutíes y melillenses?–Ante el Estatuto Avanzado de Marruecos, aparte de la mercancía que estamos viendo, también va ha haber circulación de servicios y de capitales, o sea, profesionalmente y en la prestación de servicios, actualmente sólo es de mercancías. Se va a mejorar en el tema de asuntos sociales y de medio ambiente intentando aplicar la normativa europea. Todo esto del Estatuto es porque Marruecos nos ha llamado para decirnos que necesita ayuda de la Unión Europea, no al contrario. Son ellos los que quieren tener una relación avanzada con la UE y ante ello, la Unión Europea dice: pues vale, en estas políticas, medio ambiente, asuntos sociales, comunicación y telecomunicaciones, fibra óptica, telefonía, todo esto... También en seguridad alimentaria, nosotros tenemos en nuestras ciudades unos controles con normas europeas, vamos a ver si podemos aportar ayuda. Luego está todo el tema de la Europol, la policía europea, el Frontex... Se abren bastantes servicios y posibilidades.
–¿Y cuál sería, a su modo de ver, el primer paso que debe darse para posibilitar el aprovechamiento de esas posibilidades?–Yo ya estoy en contacto con la Ciudad para ver qué podíamos hacer y si alguien de la Ciudad de Ceuta que seguramente también tendrá esta información, que sepa, que tenga el encargo, tendría que ver cuáles son los ejes de actuación y que se presenten proyectos, ponernos a trabajar.
-¿Cree que teniendo en cuenta que el desarme arancelario se anunció hace años debería haberse actuado antes?–Yo estoy convencido de que nuestro futuro va a ser dentro de la Unión Europea, pero yo no soy ningún iluminado, lo que pido, y lo digo en mi informe, es que se tiene que hacer un informe serio, no que la Autoridad Portuaria de Ceuta encargue no se qué o que la Ciudad Autónoma encargue a la Universidad de Murcia no se cuanto...-Da la impresión de que se está tardando mucho.–Se está tardando mucho pero todavía estamos a tiempo, tampoco tenemos que precipitarnos, hay tiempo, no hay que ser alarmistas pero tenemos que hacerlo muy seriamente. Se tienen que juntar todos los responsables y decir: mire, usted va a salir perjudicado, pero otros muchos van a salir beneficiados. Si seguimos en territorio franco, la situación se va agravando poco a poco. -Hay quien piensa que Ceuta y Melilla no están tan mal e incluso que la crisis mundial las va a afectar menos que a otros. –Todos estamos de acuerdo en que a mejor no vamos porque estamos recaudando menos de IPSI. Lo que sí puede ser cierto es que al tener un aparato administrativo tan grande, prácticamente casi asegurado, entre comillas, porque ya veremos si habrá dinero para todos..., no sufre estas oscilaciones, pero es un hecho que si el comercio se viene abajo, la ciudad va a dejar de recaudar, tendrá que pedir más, y ¿a quién?, al Estado, que tiene cada vez más necesidades.
–En definitiva usted habla de buscar un nuevo modelo económico.–Sí, un modelo que estaría basado en tres pilares: uno es lo que llamamos el Régimen Económico, Financiero y Fiscal (REF), que estaba soportado en la consideración de Territorio Franco en el caso de Melilla y de Puerto Franco en el de Ceuta, porque el primero se considera si se tiene una frontera aduanera terrestre. Se llame como se llame, ese era el peso comercial que estábamos teniendo y no era un comercio oficial, documentado, sino atípico, permitido pero al fin, contrabando, y eso va a menos porque nuestro entorno tiene la posibilidad de ir adquiriendo los mismos productos directamente de Algeciras, Almería o Málaga a través del puerto de Beni Enzar o del Tanger Med, que está teniendo un gran desarrollo. El desarme arancelario está permitiendo que ya no sea necesario recurrir al contrabando para evitar el pago de ese 40 o 50% de encarecimiento de los productos. Cada 1 de marzo ese porcentaje se reduce un 10%, algo que finalizará en 2012. Esto no quiere decir que en esa fecha se acabó, sino que cada año va siendo más competitivo que se adquieran productos de la UE. Desde el punto de vista financiero, parte de nuestra financiación viene de ese comercio, a través del IPSI, y además nos estamos incorporando al nuevo sistema y estamos pidiendo más ayuda porque no tenemos suficiente autonomía. Lo último es que se apruebe el fondo de solidaridad..., que además no es suficiente. Por otra parte, estamos recibiendo ayudas europeas que se nos van a ir terminando; a Bruselas no le importan Ceuta y Melilla, no somos nada ni nadie para Europa, que tienen muchos problemas con muchísima población del Este de Europa, la atención se está desplazando hacia el Este.
–¿Cuál debería ser la actitud ante este panorama que describe?–Estamos reconociendo que recaudamos menos, que necesitamos más ayuda y ¿de dónde nos viene?, de Madrid, pues esté quien esté en el Gobierno debemos llevarnos bien, cómo vamos a ser Quijotes y llevarnos mal...–Respecto al sistema de financiación autonómica, ¿cuál es su propuesta concreta?–Nosotros nos hemos incorporado a la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas de Régimen Común, que son quince (excepto País Vasco y Navarra), pero sólo por una cantidad que se llama Fondo de Suficiencia, no existe ningún traspaso de impuestos cedidos. Lo que propongo es que se siga completando, si al resto se les ha cedido parte de la recaudación del IRPF, el 30%, un 40% de IVA y un 50% de Impuestos Especiales, que nos incorporemos a este modelo, que no va a ser la panacea, pero que hay que continuar desarrollando y no necesitar de un fondo de solidaridad. Solidaridad la justa, para eso tenemos el Fondo de Compensación Interterritorial.–Algo que se ha planteado, además de la reforma del REF es la posibilidad de incorporación a la Unión Aduanera.–Eso tampoco es la panacea, porque en primer lugar, no va a depender de nosotros, sino de que Marruecos admita que somos ciudades europeas y en el caso de Ceuta, que tenga frontera; en Melilla eso está solucionado, aunque puede haber otro tipo de trabas.
–¿A qué atribuye usted esa diferenciación en la política marroquí respecto a Ceuta y Melilla?–La historia ha favorecido a Melilla, porque el único puerto que había en el Mediterráneo para los productos minerales de Marruecos cuando se produjo su independencia era el melillense. Así se mantuvo la consideración de aduana .
–¿Hasta qué punto es un obstáculo la reivindicación de Marruecos sobre los dos territorios?–Es un obstáculo si somos ciudad autónoma española, pero lo que tenemos que intentar es que nuestro símbolo sea que somos Europa y que seamos Europa, que si nos dicen que no, no se lo estén diciendo a España, sino a Europa. Vamos a ver cómo podemos acercarnos lo más posible, ya que se van desarrollando las relaciones de Marruecos con la UE y eso no hay quien lo pare, a ver si nos incorporamos y cómo lo vamos haciendo. Políticamente eso va a ser complicado, pero alguna solución habrá que buscar.
–¿Qué otros problemas ve a la incorporación a la Unión Aduanera?–Se va a normalizar la legislación fiscal sobre este tema, acercándonos a los problemática que tuvo canarias en el año 91, vamos a seguir teniendo un impuesto propio, local porque es fundamental para financiarnos, aunque cada vez sea menos. Pasará a una figura parecida al impuesto general indirecto canario, pero con modificaciones. Una de ellas es que si hay mercancía cuyo destino final sea Marruecos se tiene que devolver el IPSI cobrado, igual que el IVA que se devuelve si hay una exportación. Si se exporta documentalmente se va a perder financiación porque va a tener que devolver todo aquello que no se quede en la ciudad. Algunos sectores también perderían, los que traen mercancía de fuera de la UE, fundamentalmente de China y el sudeste asiático, como el textil, el calzado o determinados productos alimentarios. Yo eso tengo valorado en mi tesis doctoral que supondría una subida de precios de un 8% en menos de un 2% de la mercancía que entra. Si eso lo podemos distribuir a lo largo de unos años nos permitiría actualizar el comercio. Comercialmente el puerto de Tánger es un daño muy grande para Ceuta, en el desarrollo de su entorno tiene que salir beneficiada la ciudad si somos hábiles, pero un poco mejor estamos en Melilla, pues nuestro entorno está creciendo y tenemos una población que puede demandar nuestros bienes y servicios. Que nuestro entorno poco a poco se vaya desarrollando es lo que nos va a decir que podemos tener futuro.
“Nunca se nos considerará regiones ultraperiféricas”
En al análisis de la propuesta de reforma del REF puesta encima de la mesa por la Ciudad Autónoma de Ceuta “casi sin contar con la de Melilla”, a pesar de que “tienen que ir unidos pues nunca va haber una normativa diferenciada para una y otra”, advierte, el especialista subraya que está basado en la pretensión de que se aumenten del 50 al 75% las bonificaciones fiscales sólo de los impuestos estatales, “de los locales no”. En su opinión, ante esto, Madrid “puede decir que sea para todos”, pues “el REF es de todo el sistema tributario, no sólo de una parte”. Pérez Castro considera que una medida fiscal así “no tendría mucho sentido” porque “aplicar un porcentaje sobre una cantidad si esta ha disminuido al final es menos”. “Es decir, que impositivamente no hay empresas en nuestras ciudades que tengan beneficios, y que sobre eso se aplique una mayor bonificación no tiene demasiado sentido”. El economista se pronuncia también en relación con la posibilidad de solicitar la consideración de “región ultraperiférica” de la UE para Ceuta y Melilla, algo que cree “nunca van a admitirnos”. “Vamos a olvidarnos de ello, Ceuta está pegada a la península, Melilla un poco más lejos, pero prácticamente a la misma distancia que está Mallorca”, afirma, para agregar que “existen muchos territorios que no siendo ultraperiféricos están en las mismas condiciones y no se lo van a otorgar, como la Polinesia francesa, las Islas del Canal, las Feroes o Gibraltar”. En lo que está más de acuerdo este especialista de la Universidad de Granada es en las peticiones relacionadas con el abaratamiento del transporte. En relación con este asunto, cita el caso de la isla francesa de Córcega, donde explica que consiguieron “que un ciudadano francés que se desplace de una distancia a otra, por ejemplo, de Burdeos a París, si son los mismos kilómetros o millas náuticas, les cueste lo mismo que desde Córcega a París”, es decir, que “está suficientemente subvencionado”. Así, plantea que en el caso de las ciudades autónomas españolas, y “sobre todo en los barcos”, “la amortización de la inversión y el mantenimiento tienen que estar pagados por el Estado y que baje el transporte de pasajeros y sobre todo el de mercancías, porque hoy casi sale más caro traer algo de Almería a Melilla que desde Hong Kong”. En este sentido es también tajante: “Ahí sí que nos tienen que ayudar, porque si no nos ayudan en el transporte, se acabó todo”.
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En al análisis de la propuesta de reforma del REF puesta encima de la mesa por la Ciudad Autónoma de Ceuta “casi sin contar con la de Melilla”, a pesar de que “tienen que ir unidos pues nunca va haber una normativa diferenciada para una y otra”, advierte, el especialista subraya que está basado en la pretensión de que se aumenten del 50 al 75% las bonificaciones fiscales sólo de los impuestos estatales, “de los locales no”. En su opinión, ante esto, Madrid “puede decir que sea para todos”, pues “el REF es de todo el sistema tributario, no sólo de una parte”. Pérez Castro considera que una medida fiscal así “no tendría mucho sentido” porque “aplicar un porcentaje sobre una cantidad si esta ha disminuido al final es menos”. “Es decir, que impositivamente no hay empresas en nuestras ciudades que tengan beneficios, y que sobre eso se aplique una mayor bonificación no tiene demasiado sentido”. El economista se pronuncia también en relación con la posibilidad de solicitar la consideración de “región ultraperiférica” de la UE para Ceuta y Melilla, algo que cree “nunca van a admitirnos”. “Vamos a olvidarnos de ello, Ceuta está pegada a la península, Melilla un poco más lejos, pero prácticamente a la misma distancia que está Mallorca”, afirma, para agregar que “existen muchos territorios que no siendo ultraperiféricos están en las mismas condiciones y no se lo van a otorgar, como la Polinesia francesa, las Islas del Canal, las Feroes o Gibraltar”. En lo que está más de acuerdo este especialista de la Universidad de Granada es en las peticiones relacionadas con el abaratamiento del transporte. En relación con este asunto, cita el caso de la isla francesa de Córcega, donde explica que consiguieron “que un ciudadano francés que se desplace de una distancia a otra, por ejemplo, de Burdeos a París, si son los mismos kilómetros o millas náuticas, les cueste lo mismo que desde Córcega a París”, es decir, que “está suficientemente subvencionado”. Así, plantea que en el caso de las ciudades autónomas españolas, y “sobre todo en los barcos”, “la amortización de la inversión y el mantenimiento tienen que estar pagados por el Estado y que baje el transporte de pasajeros y sobre todo el de mercancías, porque hoy casi sale más caro traer algo de Almería a Melilla que desde Hong Kong”. En este sentido es también tajante: “Ahí sí que nos tienen que ayudar, porque si no nos ayudan en el transporte, se acabó todo”.
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